«Downsizing».

  En algunas ocasiones de mi vida me han pedido consejo sobre asuntos de dinero. No sé si es un defecto o una virtud, pero en materia de dinero no tengo pelos en la lengua. Hablo claro y sin tapujos. A día de hoy sigo sin entender por qué es un tema que se trata tan cuitadamente. La frase “hay dos cosas que casi seguro que harás hoy: cagar y mover dinero” es mía. Aunque no nos demos cuenta, el simple hecho de despertarnos y encender la luz ya implica un gasto…

   En alguna de las conversaciones que mantengo, veo planes de inversión con potencial, viables y bien pensados. Pero en muchas ocasiones pasa que falta uno de los ingredientes para que la cosa llegue a buen término: o falta capital, o falta tiempo. Y viendo las cifras sé que el plan no terminará tan bien como debería. Y el dinero no se puede “inventar”, y el tiempo, menos.

   El escenario es el siguiente: se llega a la edad de jubilación en peor (normalmente “mucho peor”) circunstancia que durante la vida laboral. Y eso es duro. Pero no hay más tiempo, y aunque durante los últimos años de aportación al sistema de inversión se hizo un esfuerzo especial, en el momento en que se deja de recibir el salario y se empieza a cobrar la pensión, la minusvalía es muy significante.

   Y eso que ahora todavía hay pensión. En el futuro, ni siquiera eso. Y formar una cartera lo suficientemente robusta como para simplemente cubrir lo que la pensión daría, es un esfuerzo muy grande. Enorme si se tienen otras obligaciones (hipoteca, hijos, etc.)

       –  ¿Entonces?

   Entonces casi lo único que se pude hacer es un “downsizing” de tu vida. No es plato de gusto, pero es bastante lógico. Y de lo que se trata no es de vender todo para tener dinero, sino cambiar muchas cosas, para generar “músculo” en la cartera y poder vivir modestamente de lo que ésta nos dé… pero poder hacerlo indefinidamente.

   En este sentido es probable que haya que cambiar la vivienda familiar por algo más asequible. Suena duro, y lo es. Pero tiene mucha lógica: a medida que pasan los años se supone que los hijos deberían haber abandonado el hogar, y casi seguro que parte de la casa ya no tiene tanto sentido. Es sensato plantearse un “downsizing”: en el mejor caso, venderla para cambiar por otra más pequeña y destinar la plusvalía obtenida para reforzar la cartera. Pero también caben otras opciones: que el alquiler de esa vivienda familiar pague el piso más pequeño al que cambiarse (se conserva la vivienda). O, directamente, vender y encontrar algo que alquilar con el rendimiento de lo obtenido.

   El “downsizing” puede tener otras formas: en ocasiones un mero cambio de provincia (o de país, para los más avezados… aunque a los 65 me consta que nos “desinflamos” bastante en esto del “avezamiento”) puede significar una rebaja significante en el coste de la vida.

   Pero también hay que contar con el “downsizing natural”, que viene dado por el paso del tiempo, y las obligaciones que con ello desaparecen: se supone que los hijos se marcharán del hogar, y con ellos los gastos asociados. La edad misma, que hace que nuestro gasto en ocio sea más comedido (pero quizá tenga una contrapartida en gasto sanitario o de atención).

   A lo que voy: el futuro es muy incierto, pero somos nosotros mismos quien determinamos (ligeramente, todo hay que decirlo) el grado de incertidumbre que se nos viene encima. En el mundo de la inversión, no hay nada escrito, y puede pasar de todo. Podemos ser ligeramente previsores (por ejemplo: cuando la actual generación del “baby boom” español llegue a la edad de jubilación… unos cuantos miles de millones saldrán del mercado –por la recuperación de los planes de pensiones, por ejemplo-, y esto tendrá una consecuencia notable. Puede pasar que la gente se quede entrampada en la Renta Variable. Puede pasar que esa salida de capital provoque una disminución en el dividendo de las empresas españolas…).

   Llegado a este punto, las conclusiones que hay que obtener deben poder responder a preguntas como: ¿Cuánto capital neto estimo que percibiré de mis inversiones cuando me jubile? ¿Tendré que recurrir forzosamente al “downsizing”?.

   Y es lo que hay. Si no hay suficiente capital o si no disponemos del suficiente tiempo para ejecutar nuestro plan financiero, el “downsizing” (si es factible) tal vez pueda llegar a mejorar nuestra existencia… y, no lo sé, pero tal vez sea ese poquito que nos faltaría para llegar a la (f)independencia.

6 opiniones en “«Downsizing».”

  1. Hola Findependencia.

    Muy interesante el artículo. Supongo que lo de la jubilación del «bay boom» lo has leído en algún sitio; por ejemplo, Kiyosaki habla de ello. Lo que no entiendo es por qué esa salida de capital va a reducir el dividendo a percibir. El dividendo sale de los beneficios de la empresa, y la empresa puede ganar más o menos, y la demografía claro que puede influir en ella, pero creo que el que el precio de las acciones baje un 50%, por decir algo, sea un factor reseñable aquí.

    Ahí lo dejo, para generar un sano debate que ayude a esclarecer este punto, pues es algo creíble ese escenario de bajón de la Renta Variable que dices.

    Saludos.

    1. Hola Dividendo Rentable,

      Interesante tu observación.

      En mi opinión, más que cualquier balance, es el calendario quien dicta ese movimiento del mercado. Cuando todos los que ahora tienen entre 35 a 45 años, que se corresponden con la banda más ancha de la pirámide de población, dejen de trabajar, es más que probable que la gran mayoría se disponga a vivir de su patrimonio. Como patrimonio, entendemos, sus activos financieros (del tipo que sea: efectivo, acciones, fondos, planes de pensiones, etc…), como de aquello que se necesite convertir en dinero para poder vivir dignamente (y de eso va el “downsizing”).

      En ese momento, muchos (muchísimos) activos que estén invertidos, pasarán a no estarlo para convertirse en liquidez, y esto presionará a la baja con mucha fuerza todas las cotizaciones de las empresas en que invierten esos fondos de inversión, planes de pensiones, etc. También la venta de las acciones de aquellos a quien no salga la cuenta de vivir del dividendo… y opten por disponer directamente del principal. La independencia financiera no es un camino fácil, y no siempre se llega… Y si no se llega, bueno, por lo menos algo queda.

      Las cotizaciones bajarán, no por fundamentales, sino por la enorme venta que se producirá, por la “fuga de capital” que afectará directamente a la cotización de las acciones. Dinero que sale a raudales, mucho más que lo que entra. Hay que tener en cuenta que aunque hubiese una “fiebre inversora”, directamente el número de inversores será menor… O vienen muy cargaditos de dinero, o este escenario es bastante probable que se materialice.
      Las acciones bajarán… y se mantendrán bajas… demasiado tiempo: inversores correspondientes a ¡una década entera!, retirando fondos. Y a esto hay que añadir que desde ese “baby boom”, la pirámide no ha dejado de estrecharse por abajo. No suena bien. Suena, como poco, a lentitud…

      Eso sí, para la gente que tenga 20 añitos en ese momento (dentro de 20 a 30 años) y ande pensando ya en su independencia financiera… tal vez pueda ser un buen punto de entrada. (De lo que quede, porque esto que mal-llaman crisis desde mi punto de vista es un cambio de modelo… un “parto” en toda regla que está generando un marco económico y social nuevo, en todos los sentidos. Gigantes caerán, gigantes nacerán, todo más rápido, y muy afectado por la tecnología, de alguna u otra manera. Pero eso ya es otra historia).

      Es una opinión (aunque de la que estoy bastante convencido, porque en la época de la Revolución Industrial pasó algo similar). Pero como tú propones, lo presento a un sano debate.

      ¡Gracias por el aporte!

  2. Hola a los dos,

    el comentario al que haces referencia es en un libro de Kiyosaki y lo pronostica para este año en USA. Su baby-boom fue anterior al nuestro. Yo creo que los dos teneis parte de razón. Si no hubiese globalización le daría mas razón a Fansworth, pero es que globalmente la población sigue creciendo y en los países emergentes si que van a tener capital para comprar esas ventas españolas. El problema que le veo es que los españoles venderemos el país a los emergentes, como está pasando ahora con esta crisis en la que muchos países europeos han estado comprando viviendas en España y los chinos han estado invirtiendo mucho dinero aquí.

    Para esa fecha opino que sucederá algo parecido y lo que haremos los españoles será vender el país al emergentes que por esa época dispongan demás dinero para invertir.

    En todo caso, podremos tener la experiencia de lo que suceda los próximos años en Estados Unidos con la «profecía» de Kiyosaki.

    Saludos.

    1. Hola IF Roberto Carlos,

      Sólo una observación: la situación mejoraría si la inversión extranjera no se queda en eso, en extranjera. quiero decir, que el efecto «baby boom» se deberá en gran parte al número de cotizantes actual. Y de ahí el decalaje en fechas con EE.UU. Pero no puedo más que darte la razón, porque la globalización por supuesto tendrá también su grado de afección sobre todo el sistema. El enfoque al escribir la entrada era un poco más simplista: menos no pagan a más. Pero es verdad, luego están las n-mil causas adicionales, aunque creo que la principal será «más local», porque es la única que el Estado puede realmente manejar a su antojo. La inversión extranjera, vendrá… o no. En mayor o menor medida. La pirámide e población, ya tiene su histórico, y es la que es.

      Como siempre, un placer tenerte por aquí. Gracias por tu comentario.

      1. Hola Fansworth,

        está claro que los factores no son nunca, ni uno, ni dos, ni tres, sino muchos. Por eso es «IMPOSIBLE» saber como afectarán exactamente a los mercados. Sólo quería dar un punto de vista más. Ya sabemos, que lo único cierto del mercado es que fluctuara.

        Saludos.

        1. Hola IF Roberto Carlos,

          Nada que objetar. A estas alturas, es la única verdad que puede decirse sobre el mercado: «Fluctuará». Sobre el resto… nadie sabe ni cuánto, ni cuándo, ni dónde, ni por qué. Nadie sabe nada.

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