¿Te has parado a calcular qué será de tí?

«¿Te has parado a calcular qué será de tí?» es una entrada escrita por Ernesto Bettschen.


   Corría el año 2011 cuando el estado afirmó que iniciaría una campaña de información a los ciudadanos sobre el cálculo individualizado de su pensión.

   Sin entrar a valorar el porqué de esta desinformación (cosa más que sospechosa y que ya de por sí da muchísimo que pensar), ¿te has parado a pensar en ese escenario futuro?

   Llegado a este punto, ¿Cuál es tu caso?

   ¿Estás perfectamente informado? (por la cuenta –y nunca mejor dicho- que te trae) o  por el contrario no lo tienes del todo claro…

   Si éste último es tu caso, puedes seguir esperando a que el gobierno se decida a cumplir lo que anunció en 2011, pero a lo mejor, cuando te proporcionen la información puede ser que no te guste demasiado.  

   No te preocupes, seguro que ese mismo estado “cumplidor” entiende tu situación y cuando pongas el grito en el cielo se vuelca en resolver tu problema… (¡ja, ja, ja!, ¡seguro que sí!)

   Si no has entrado al detalle, te recomiendo que lo hagas. En Internet hay infinidad de simuladores que te ayudarán a hacerlo. Verás que casi todos vienen a decir lo mismo: en la mayoría de los casos, la pensión a percibir no llegará a cubrir el 100% de tu nivel de ingreso antes de ser pensionista. 

   Si la primera pelota que sobre este asunto el estado ha puesto en nuestro tejado ha sido preocuparnos de cuantificar qué pensión cobraremos, la segunda será preocuparnos de cómo gestionar la diferencia de nivel de vida que puede suponernos pasar a ser pensionistas. Y este esfuerzo no es baladí: lo más “sencillo” sería el ahorro sin más (con el término sencillo, bien entrecomillado, porque si bien la teoría es fácil, en la práctica hay todo tipo de imprevistos, tentaciones, oportunidades, gangas, etc., etc., etc., que hacen que el resultado sea bastante imprevisible). Y luego está el asunto de cómo me las apaño cuando tenga que disponer de ello. Un paso más podría llevarnos a obligarnos mediante un plan de pensiones. Esto parece sencillo. A falta de otra cosa, puede no estar mal, es fácil de ejecutar, y en ausencia de cualquier conocimiento o interés es una opción. No poder rescatar el dinero a la primera de cambio debería ayudar algo. Y luego está todo el universo de las inversiones… que suena a palabras mayores, riesgo y que aparentemente está reservado a unos pocos entendidos.

   La tercera pelota, que Papá Estado (el peor padre del mundo) nos pondrá en el tejado, puede ser una auténtica bola de plomo: gestionar la realidad de nuestra vida de pensionistas (cuando esta llegue) en el caso de que hayamos caído en la desinformación / desinterés y la falta de ayuda para retirar las dos pelotas anteriores.

   Paradójicamente, éste problemilla rodante, afectará de forma más intensa a aquellos que hayan tenido una vida laboral más próspera, porque la pensión máxima en el momento de escribir estas líneas, es de 37.231,74 € brutos anuales (2.659,41€ brutos / mes). Eso quiere decir, que si yo he sido un trabajador que ganaba por debajo de esa cifra, (siempre que haya cotizado los años necesarios), tendré que cubrir un desfase más o menos asumible. Pero si he tenido la fortuna de ganar 60.000€ brutos/ año (4.285,71 € brutos / mes), tendré que cubrir un desfase mucho mayor. O he sido previsor desde bien temprano, o estaré condenado a rebajar mi nivel de vida drásticamente, porque el máximo que percibiré será de esos 37.231,74 € brutos anuales… cuando yo tenía un nivel de 60.000€.

Y todo esto, siempre que el sistema de pensiones sea sostenible, pero no os preocupéis, que Papá Estado (sí, ese), lo tiene todo previsto. Por lo menos hasta 2046… (¡ja, ja, ja!, ¡seguro que sí!)

Al final, la verdad es que sobre este asunto… a mí me gustaría poder “hacerme el Sueco” (no sé a ciencia cierta de donde viene esa expresión, pero lo que sí sé es que Suecia aprobó en 2001 el informar a la ciudadanía sobre el cálculo individualizado de su pensión, y así lo hace desde entonces).