Como he dicho en alguna ocasión, la (f)independencia se fundamenta en tres pilares: las habilidades técnicas, las habilidades interpersonales y las habilidades financieras.
Aunque estoy muy convencido de esto, hay una habilidad qué no sé bien donde encaja: es lo que yo denomino “conciencia del entorno”, que no es ni más ni menos que desarrollar la capacidad de abstraernos de nuestro día a día, para contextualizar quienes somos, dónde estamos, y a donde vamos… pero no nosotros, sino teniendo en cuenta nuestro contexto entero (nosotros, marco familiar, marco laboral, marco regional, marco mundial… con más o menos capas de visión).
Voy a ver si consigo exponer esto, porque tiene algo de miga:
En alguna ocasión ya he dejado caer por aquí que si estás leyendo esto es, tal vez, porque te nueve una inquietud y necesitas “hacer algo”.
No es extraño. De un tiempo a esta parte cada vez más gente siente esa inquietud, aun teniendo un trabajo “aparentemente estable”, tiene la necesidad de hacer algo.
Pero, ¿por qué? ¿Por qué de repente mucha gente tiene ese mismo sentimiento en el mismo momento?
La respuesta no es sólo una, pero si hacemos un ejercicio de análisis del momento en el que estamos (si tenemos conciencia de nuestro entorno), tal vez hallemos algunas respuestas.
Voy a hacer una pequeñísima parte de este ejercicio y voy a aportar aquí mi punto de vista:
Bienvenidos al año 2000: como suena. Resulta que el año 2000 está llegando casi con 20 años de retraso. Todas las maravillas tecnológicas que no llegaron entonces… parece que empiezan a materializarse ahora… y lo hacen muy disruptivamente. Aparecen Drones, coches eléctricos… y una promesa a corto plazo de coches auto conducidos que no nos acabamos de creer del todo pero intuimos que terminaremos por ver (Londres ha solicitado la licencia para que estos coches puedan operar en sus calles ya en 2020). Llevamos en el bolsillo un móvil con muchísima más capacidad de proceso de la que tenían las que enviaron al hombre a la luna… y aunque cada vez las utilicemos menos para hablar, nos permiten compartir experiencias en tiempo real.
Y hablamos con máquinas… cada vez más… La inteligencia artificial empieza a preocupar a la comunidad científica… que se ve capaz de construir máquinas más inteligentes que sus propios creadores… o, en igualdad de condiciones de inteligencia, infinitamente más rápidas en ejecución.
Y un sinfín de cosas más: impresoras 3D que fabrican casas, prótesis e incluso órganos vitales. El internet de las cosas también empieza a sonar como un término común… (y un largo etcétera).
Y en medio tú. Hagas lo que hagas, me da igual, estoy convencido de que parte de esa inquietud puede deberse a que sientes que de alguna manera toda esta revolución puede afectarte. Si ya eras consciente de esto… ¡enhorabuena!, tal vez puedas reaccionar. Y si no te has parado a pensarlo, te pongo un ejemplo que tomo prestado de Dominic Barton (Director Gerente de McKinsey & Co a nivel mundial), para ver si consigo incomodarte un poco (discúlpame, la intención es buena):
Barton, ejemplifica un “efecto lateral” entre un cirujano del corazón y el proyecto de los vehículo auto conducidos.
– Pero… ¿qué tiene que ver la velocidad con el tocino?
– Que los cerdos también corren, y que si estos vehículos, que hoy son casi una realidad, se implantan, y efectivamente los accidentes disminuyen, puede ser que el cirujano cardiovascular tenga algo menos de trabajo, tanto por la atención menos requerida a los heridos de accidentes, como por la disminución de los trasplantes de órganos por la menor mortalidad en dichos accidentes
Creo que el ejemplo es claro: ninguna industria quedará al margen de las disrupciones tecnológicas.
La consecuencia de esto, es que nuestra zona de confort y nuestra zona de seguridad, que hasta hace poco se superponían… se han desplazado… llegando en muchos casos a disociarse…
Y para muestra otro ejemplo: que hacemos discutiendo sobre la viabilidad de tener el servicio de plataformas como Uber (dedicada al transporte de viajeros por conductores particulares en sus vehículos privados)… si en 2020 incluso Uber verá comprometido su modelo de negocio por coches que conducen solos. (que sí, que Londres ha solicitado la licencia para que estos coches puedan operar en sus calles en 2020)…
“Sotp & Think”. Párate y piensa. Es la mejor manera de ser consciente de tu entorno.
¿Cómo te afecta a ti la disrupción tecnológica?
Bienvenido al año 2000, donde los cambios son tan rápidos, que si no eres consciente de ello, corres un gran riesgo… ¿qué piensas que puedes hacer al respecto?
¿Qué habilidades técnicas deberías potenciar de cara al futuro? (Mi respuesta) Profundizar mi conocimiento sobre procesos y Lean.
¿Qué habilidades interpersonales? (Mi respuesta) Aprender chino (con tiempo y paciencia, que mi primer acercaminento no ha sido demasiado productivo).
¿Qué habilidades financieras? Tal vez invertiría antes en Tesla (vehiculo + eléctrico + posibilidad de autoconducción en el futuro) antes que en Uber…
P.D.- Conciencia del entorno. Si te he hecho pensar un poco, me doy por satisfecho. Hay que tener en cuenta que la disrupción tecnológica es sólo un aspecto entre muchos. Hoy en día también está la explosión demográfica de China salpicando de personas el mundo, las capacidades del gigante Indio, la sostenibilidad de determinados modelos de negocio, el envejecimiento de la población…
Mucha miga. “Sotp & Think”.
Hola,
Estupendo artículo.
Efectivamente, todos los avances tecnológicos que podíamos suponer nos llegarían de la mano del año 2000 los estamos viendo materializarse ahora, en tropel y a pasos agigantados.
Probablemente, nuestra realidad del día a día dentro de un puñado de años sea tan radicalmente distinta a la actual que nos seamos capaces ni de imaginárnosla ahora mismo, y es que cada nuevo avance tiene más potencial revolucionario y disruptivo que el anterior.
Los ejemplos con los que ilustras este post son el mejor exponente del «efecto mariposa» que, según intuyo, influirá cada vez más nuestra realidad futura.
Si señor, mucho en qué pensar…
Machete,
Gracias por tu comentario. Si efectivamente te he hecho pensar un poco, ¡objetivo conseguido!. No será sólo un efecto mariposa (que también), con una repercusión de los cambios en cualquier parte del mundo y casi inmediatamente. En mi opinión, además, veremos un incremento en la velocidad de los ciclos de vida de los modelos de negocio, de las empresas, etc. a la que tendremos que empezarnos a acostumbrar. Así que mejor empezar a tener conciencia del entorno, y empezar a hacerlo ahora.